Monumentalidad que da la bienvenida.
La casa impone su presencia desde la calle con una estética pulcra y volúmenes sólidos que garantizan privacidad. El protagonista indiscutible del acceso es la puerta de parota tamaño XXL, un elemento de diseño que rompe la sobriedad de la fachada y anticipa la amplitud de los espacios interiores.
Lejos de imponerse al terreno, la casa convive con él. El diseño aprovecha las particularidades del predio para generar una distribución inteligente que bloquea las miradas externas mientras abre grandes ventanales hacia los puntos focales privados.
El verdadero uso de la propiedad sucede adentro y afuera simultáneamente. Diseñamos la planta baja como un gran salón social conectado a un jardín interior equipado con terraza, bar y alberca.
Esta orientación no es casualidad; responde a la búsqueda de la mejor iluminación y ventilación natural, manteniendo la casa fresca y luminosa. Todas las vistas principales apuntan hacia el jardín y la silueta del volcán, creando una atmósfera de libertad y amplitud ideal para las reuniones y la dinámica de una familia con mucha vida social.