El reto de este terreno exigía una solución que otorgara presencia sin saturar. Nuestra estrategia fue topográfica: diseñamos un nivel semienterrado para ocultar los servicios y la cochera, elevando así la planta baja por encima de la cota de calle.
Esta decisión tiene un doble propósito: primero, otorga una jerarquía visual imponente al volumen principal; segundo, mejora la captación de vientos cruzados para refrescar los espacios sociales. El acceso se convierte en una procesión arquitectónica, donde unas gradas iluminadas conducen a un vestíbulo de doble altura que recibe al usuario con una escala monumental pero acogedora.
Escenografía de luz y piedra.
Si de día Casa Cenia es un juego de sombras proyectadas por sus grandes aleros, de noche se transforma. Integramos un diseño de iluminación perimetral que delinea la geometría del marco, haciendo que la pesada estructura de piedra parezca levitar.
Los interiores equilibran la frialdad mineral con acentos de madera cálida y una escalera escultórica que funciona como la columna vertebral del hogar. Es una casa diseñada para ser vivida en movimiento, donde cada rincón ofrece una perspectiva nueva del jardín y del cielo.