Continuidad espacial y material.
El desafío de este proyecto fue lograr que la escala doméstica se sintiera amplia sin perder calidez. Nuestra estrategia fue la unificación material. Utilizamos una paleta cromática continua entre los acabados arquitectónicos (piedra, estucos neutros) y el mobiliario fijo (carpinterías de parota y encino), borrando los límites visuales.
La planta baja se libera de particiones innecesarias, permitiendo que la cocina, el comedor y la sala funcionen como un gran salón social conectado al jardín. Aquí, el diseño de iluminación no es un accesorio, sino una herramienta arquitectónica que zonifica los espacios y acentúa las texturas naturales cuando cae el sol.
Detalles que narran historias.
Como proyecto de Interiorismo Integral, Casa Ruiseñor es una exhibición de personalización. Diseñamos mobiliario a la medida que optimiza cada rincón, desde libreros que actúan como celosías hasta credenzas que se funden con la arquitectura.
La selección de textiles, arte y vegetación interior fue curada para aportar suavidad y acústica al espacio. El resultado es una casa que no se siente como un "Showroom" frío, sino como un hogar con alma, listo para ser vivido con confort absoluto desde el primer día.